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La UME, un plus en el compromiso militar

Teniente General Cesar Muro Benayas

 

Cuando llegué a Madrid para hacerme cargo del mando de la Unidad Militar de Emergencias acababa de aterrizar (literalmente) de las Islas Canarias, donde finalizaba una etapa sin duda importante de mi vida militar como General jefe del Mando de Canarias. Sin darme casi tiempo, me incorporé al Cuartel General de la UME ubicado en la Base Aérea de Torrejón.

Mi primera impresión fue que iba a ejercer el mando sobre algo distinto. Para empezar, la uniformidad de mis subordinados era nueva para mí: todos vestían de negro. Y para realizar su trabajo necesitaban una panoplia de materiales que iban desde trajes de buzo,  quitanieves,…   hasta  autobombas  y  mangueras.   Pronto, lo

novedoso, acabó convirtiéndose en algo habitual. Los equipos de trabajo me parecieron eficaces y determinantes al comprobar su alto rendimiento en el medio hostil al que se enfrentan. Y sobre todo, me di cuenta de algo fundamental, no absolutamente nuevo, pero sí enriquecedor:  esta  unidad  tiene un plus, y es el plus de la pasión que ponen en sus cometidos, es el Compromiso.

Yo identifico la UME y todo lo que ello significa con el compromiso. Cuando uno llega destinado a la UME viene con un espíritu militar muy fuerte; si piensas que alguien puede considerar tu trabajo como una desviación de lo militar hacia el bombero, por ejemplo, hace que ese sentimiento militar te cale aún más hondo. Esto, unido a un sentimiento del cumplimiento de una misión diferente, hace que creas que tu cometido es algo más importante porque adquieres un compromiso “muy directo” con el ciudadano español.

En esta relación directa con el ciudadano es fundamental potenciar los vínculos con los gobiernos de las Comunidades Autónomas.

Aunque la respuesta inmediata ante cualquier emergencia natural está transferida a las administraciones autonómicas, la UME mantiene desde su creación un vínculo con todas estas instituciones basado principalmente en el intercambio de enseñanzas especializadas en este ámbito, incluidas la formación y prácticas. Cuando yo aparezco en la UME me encuentro esta iniciativa ya en marcha. La inercia y el trabajo continuo nos han llevado a consolidar estas relaciones por medio de convenios.

El desarrollo de estos convenios es clave ya que estamos llamados a trabajar juntos por los procedimientos y sistemas que compartimos. No sólo se trata del puro formalismo de firmar convenios, sino a desarrollar ejercicios, adiestramiento común y prácticas de integración de mando totalmente particularizadas para cada intervención. Es un proceso que está prácticamente acabado a falta de los últimos acuerdos con Cataluña, que se firmarán próximamente, y el País Vasco que se avanza en la buena dirección.

Es importante subrayar que la intervención de la UME en emergencias es una acción de estado que complementa con sus capacidades a las Comunidades y Ciudades Autónomas. Se podría decir que es una herramienta del estado que iguala y equilibra los mecanismos de respuesta ante Emergencia independiente del lugar de España en el que nos encontremos, ya que el esfuerzo en medios humanos y materiales que realiza cada comunidad depende de la extensión, tipo de terreno, recursos económicos, etc.

Si es importante conocer cómo debemos trabajar con las comunidades, es primordial tener perfectamente clara nuestra dependencia operativa dentro de la estructura de las Fuerzas Armadas como militares que somos. A efectos prácticos, cuando se crea la UME depende del ministro. Cuando tengo mi primer despacho con el titular de Defensa plantee de alguna manera que lo veía “raro”.

La UME es una fuerza y, por tanto, no debía depender de un cargo político. En mi opinión debía estar subordinada a una estructura militar. La dependencia del Ministerio fue buena mientras la unidad se estaba creando, fortaleciendo y dotándose de material. Una vez que se asentó, lo lógico era que tuviera una estructura habitual de fuerza.  Y obviamente las fuerzas las manda el JEMAD, por lo que fue un proceso natural pasar a depender de él.

Fundamental también ha sido intentar alcanzar todas aquellas capacidades que se enunciaron hace diez años. En diciembre de 2014, se pasó la evaluación operativa final del último potencial que quedaba pendiente:  riesgos tecnológicos y medioambientales. Esta capacidad se unía a las que ya tenía la UME como su capacidad para intervenir ante incendios, inundaciones, nevadas.  Ya podemos decir que en cuestión de material y de capacidades la unidad está completa.

A partir de 2016 empezaremos el plan VITALUME para mantener la vitalidad de la UME. Los materiales con los que el cuerpo se dotó cumplen 10 años y requieren de una renovación.  Vamos a entrar en un proceso de actualización y mejora de aquellas grandes capacidades que se adquirieron a la vez a través de una operación escalonada para que la reposición no suponga un alto coste.

La inquietud de avanzar un poco más en la seguridad de los ciudadanos nos llevó a iniciar un plan de trabajo para responder de forma contundente y resolutiva a nuevos retos. Es lo que hemos denominado “Capacidades Superiores”.

El primer reto era dar una mejor respuesta a los incendios durante la noche ya que en este momento del día no pueden actuar los medios aéreos y no se puede permitir que el devenir de una intervención de este tipo quede sujeta al albur de los vientos. Ante esta necesidad optamos por usar helicópteros en circunstancias de poca visibilidad, con unas motobombas portátiles y unos depósitos flexibles, de tal forma que seguimos combatiendo el fuego en las circunstancias más desfavorables y en terrenos donde no llegan los vehículos. Es lo que hemos denominado UAM, Unidad Aeromóvil.

Cuando se produjo el trágico accidente de tren en Santiago de Compostela nos dimos cuenta de que para actuar dentro de un AVE requeríamos personal experto para tratar con un medio de transporte muy complejo compuesto por conducciones peligrosas de carácter no radiactivo, pero contaminantes. Lo mismo sucede con los accidentes aéreos. En esta línea seguimos formándonos y adquiriendo una serie de capacidades que por el momento no tienen otros cuerpos de protección civil estatales.

Otro aspecto que he ido descubriendo durante mi etapa en la UME es el interés que despierta en diversos organismos tanto a nivel nacional como internacional. De tal forma que nuestros aliados y países amigos han venido a visitarnos con mucha frecuencia como observadores.  En un primer momento nos dimos cuenta de que venían, nos halagaban con palabras bonitas y después se marchaban sin mayor resultado. Al detectar la falta de resultados materiales el JEMAD me autorizó el inicio del proyecto FORUME (Formación UME). Con este plan hemos iniciado un nuevo tipo de contacto con los países que estén interesados en crear unidades similares en sus ejércitos a través de un compromiso de formación. Nosotros transmitimos nuestra experiencia, conocimientos, además de la posibilidad de adquirir material español. España será, igualmente, la que certifique y evalúe la operatividad del personal y material. Este plan ha tenido mucha aceptación, sobre todo en países iberoamericanos.

 

Quiero acabar diciendo algo que desde mi llegada al mando de la UME me pareció evidente: esta es una unidad muy bien creada. Los fundadores, personas muy preparadas, supieron darle un carisma y un sello personal. Hay que seguir con esa filosofía de trabajo que nos guía desde hace una década: el servicio al ciudadano sin dejar de mejorar nuestras capacidades. No hay necesidad, por tanto, de grandes cambios. Probablemente habrá muchas más intervenciones en el exterior, en el marco de la Unión Europea, un proceso en el que estamos inmersos ahora; pero la unidad se mantendrá, no habrá transformación, sino evolución y perfeccionamiento.

 

Concluyo afirmando que esta Unidad, que en un principio tuvo un importante componente político, actualmente, está absolutamente asentada y cualquier dirigente político y por ende la sociedad, con independencia del partido al que pertenezca, es consciente de su necesidad.

 

El General Muro estuvo al mando de la UME desde octubre de 2012 hasta mayo de 2015

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