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Diez años de intenso trabajo para dar el mejor servicio

General de Ejército Fulgencio Coll Bucher

 

Al cumplirse los diez años desde la creación de la Unidad Militar de Emergencias quiero felicitar, muy especialmente a todos los componentes de la UME, a todos los que han servido en ella, y también a todos los que hicieron posible su creación  y  desarrollo,  así  como a  todos los que  la  han  apoyado desde la Administración General del Estado o desde las Administraciones Públicas, Organizaciones y Empresas relacionadas con la Protección Civil y Emergencias. Todos han tenido algo que ver con su éxito.

 

El 7 de octubre del año 2005, el Gobierno de España decidió crear una Unidad Militar de Emergencias conjunta, organizada, adiestrada y

dotada de material e infraestructura para preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en caso de catástrofe, calamidad, grave riesgo u otras necesidades públicas. Dicha decisión venía impuesta por la necesidad de re- forzar a Nivel Nacional las capacidades y medios   disponibles, que en su mayoría están transferidos a las Comunidades Autónomas. Catástrofes como la del petrolero Prestige en el año 2002, nevadas en Burgos en el año 2004 o el  incendio forestal en Guadalajara en el año 2005 pudieron ser razones que fundamentaron esta decisión. Ya en el año 1985 se estudió por el Gobierno de entonces, la creación de una unidad militar para emergencias. Anteriormente en el año 1797 se creó una Brigada de Artillería Volante con misiones de socorro de la humanidad.

 El Acuerdo de Consejo de Ministros de 13 de enero de 2006 aprueba la financiación necesaria para la implantación de la UME. El Ministerio de Defensa a través de su Secretaría de Estado, ya había realizado unos estudios previos para su puesta en marcha, estudios que demostraron ser muy válidos.

 El 20 de enero de este año se nombra el primer jefe de la UME. A partir de este momento se organiza un núcleo de constitución que se instala en el mismo Ministerio de Defensa dependiendo de la Secretaría de Estado. Esta dependencia directa permitió un desarrollo extremadamente ágil y rápido. Tanto el Ministro de Defensa como el Secretario de Estado se involucraron en este proyecto.

 Este primer periodo se puede llamar de definición conceptual, identificación de capacidades y medios y cometidos. Aspectos como organización operativa, materiales  específicos  y  de  mando y control, instrucción y adiestra- miento, financiación y recursos, infraestructuras necesarias, encuadramiento, reclutamiento, desarrollo legislativo y normativo, relación con las distintas administraciones del Estado y de las Ad- ministraciones Públicas y dentro del propio Ministerio de Defensa tuvieron que analizarse. Basta recordar que son más de quince las Direcciones Generales de la Administración General del Estado que están relacionadas con la Protección Civil y Emergencias, así como más de treinta y cinco de las CCAA, además de numerosos entes y organizaciones de carácter nacional.

 Este núcleo inicial lo componía un General, un Teniente Coronel Jefe de Estado Mayor y los oficia- les, suboficiales y soldados que constituían las  células  de  operaciones, planes, personal, logística, telecomunicaciones y sistemas de información, información pública, asesoría jurídica, sanidad, secreta- ría y oficina de apoyo.

 Se empieza a trabajar con la mayor intensidad y dedicación, pero también con un gran apoyo por parte del Ministerio de Defensa y de los Cuarteles Generales de los Ejércitos y de la Armada. Inicialmente la decisión de crear una unidad  militar especializada y dedicada como instrumento de Protección Civil despertó recelos y algunas críticas por diversos sectores, incluso desde la propia institución militar. La ley orgánica 5/2005 de  la  Defensa  Nacional,  despejó

cualquier duda al dar como misión en el art. 15. 3 “las Fuerzas Arma- das, junto con las Instituciones del Estado y las Administraciones Públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad y otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente”.   Con el tiempo, estas críticas y recelos fueron disminuyendo, y como vimos más tarde con ocasión de las primeras intervenciones de la UME a partir del verano de 2007, se comprobó el acierto de su creación.

 Como toda unidad conjunta de nueva creación, se tuvo que explicar bien el concepto de la misma y conocedores de que al principio crearíamos dificultades al incorporar a la UME los cuadros de mando y soldados de los Ejércitos y de la Armada,   así como el despliegue en diferentes bases de las Fuerzas Armadas, solicitamos y agradecimos los apoyos que se dieron.

 Esta aproximación se llevó también con las distintas Direcciones Generales de la Administración General del Estado, especialmente con la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior y con su colaboración, con las otras que tenían relación con la Protección Civil y Emergencias.

 A  nivel  autonómico,  también se establecieron contactos con la misma finalidad, con el espíritu de que necesitábamos aprovechar- nos de su experiencia para que en su momento, pudiésemos apoyar- las con el mejor conocimiento y de la forma más rápida y eficaz.

 Desde el principio marcamos unos objetivos y unos principios basados en los valores militares, conocidos y practicados por nosotros como algo habitual pero esencial.  También  entendimos que  entrábamos  en  un  mundo muy especial y  variado y que teníamos que conocer y valorar las distintas organizaciones y tener la capacidad de adaptación para su- mar, no para restar, manteniendo

siempre nuestro carácter militar. El tiempo ha demostrado que esta aproximación  fue  muy  acertada y que nuestro carácter y valores militares han sido determinantes. Disciplina, honradez, cohesión, liderazgo, responsabilidad, sacrificio, compañerismo, austeridad, valor, determinación, humildad, respeto etc. son fundamentales para el éxito en cualquier misión. Nuestro lema era ayúdenos ahora para luego poder ayudarles. El carácter de refuerzo estatal sin coste para las organizaciones autonómicas disipó cualquier recelo de posibles injerencias.

 Al mismo tiempo que se desarrollaban conceptos y se materializaban los primeros pasos para formar la unidad, se realizaron numerosos contactos y visitas con las distintas administraciones, empresas, escuelas de formación en estos campos, y con unidades similares en otros países.

 Quiero  destacar  el  gran  apoyo prestado por las Formaciones Militares  de  Seguridad  Civil  de Francia así como de los Zapadores Bomberos de París. Además de darnos toda la información solicitada, nos permitieron desplegar observadores en sus unidades para la campaña contra incendios forestales de este verano 2006. Ya conocíamos su excelente grado de cooperación en las misiones internacionales en las que unidades españolas participaron con unidades francesas.

 Durante   los   primeros   meses se desarrollan con intensidad las actividades relacionadas con la constitución  de  la  unidad,  entre las que destaco las relativas al reclutamiento con la publicación de vacantes y selección del personal, la instrucción y adiestramiento del mismo, a través de diferentes cursos de formación y con los campamentos básicos de emergencias, las relativas a las infraestructuras a llevar a cabo en las bases elegidas para el despliegue de la unidad. (Base Aérea de Torrejón de, BA de Morón, Base del CGTAD de Bétera, BA de Zaragoza, Base del MACA León y BA de Gando).

Visitas y contactos con las autoridades de las CCAA, con organismos del Estado como el Consejo de  Seguridad  Nuclear,  DG  para la  Biodiversidad,  INM,  TRAGSA, etc. o empresas y organizaciones como  SAMUR,  112,  Belt  Ibérica, INDUYCO, AMPER, IVECO, EULEN, UROVESA, ARPA, SANTANA, AESMIDE fueron habituales.

 Al  mismo  tiempo  que  desarrollábamos con la DIGENIN la infraestructura en la que íbamos a desplegar los batallones de la unidad o la compañía de Gando, se llevaba a cabo la definición y compra del material, entre ellos avión apagafuegos  CL-415,  Helicóptero ligero   EC-135,   las   autobombas, nodrizas,   máquinas   quitanieves, vehículos de transporte de personal,  ambulancias,  maquinaria  de ingenieros,  medios  de  búsqueda y rescate, campamentos de apoyo a la población civil, sistemas de información y telecomunicaciones con sus módulos de telecomunicaciones fijas y desplegables.

 Quiero destacar el sistema de mando y control que se desarrolló, era el más avanzado y seguro en su momento, y posiblemente el más eficiente, con grandes capacidades y reducido personal.

 El esfuerzo fue importante teniendo  en  cuenta  que  teníamos que  desarrollar  las  capacidades militares de Mando y Control, de Intervención  en  la  Lucha  Contra Incendios   Forestales,   en   emergencias que tengan su origen en grandes inundaciones,    grandes nevadas y otros  fenómenos  meteorológicos,  en  seísmos,  erupciones volcánicas y deslizamientos de terreno,  en  las  derivadas  de riesgos tecnológicos o por la contaminación  del  medio  ambiente, así como las provocadas por atentados terroristas o actos ilícitos y violentos y finalmente poder dar apoyo a la población civil afectada

por una catástrofe.

 Nuestros  primeros  pasos  fueron  conseguir  la  capacidad  operativa inicial para la lucha contra incendios   forestales   y   nuestro objetivo  era  conseguirlo  para  el verano del año 2007. Las demás capacidades  se  desarrollarían  algunas  paralelamente  y  otras  a medida que se finalizaban los estudios, se concretaban las capacidades requeridas y se conseguía la dotación económica para financiar el equipo, la formación y la puesta a punto.

 Todo esto comportaba el desarrollo de  las capacidades iniciales y  tras  evaluaciones,  prácticas  e intervenciones llegar a alcanzar la capacidad operativa final.

 El 22 de noviembre de 2006 se realiza el traslado del Cuartel General de la UME a la Base Aérea de Torrejón. Se materializaba un primer paso importante en el ámbito  de  Infraestructuras,  sucesivamente en las distintas bases de despliegue permanente se fueron levantando  importantes  edificios y hangares.

 Como he dicho, a lo largo del primer semestre del año 2007 nos esforzamos en conseguir las capacidades necesarias para poder actuar en la Lucha Contra Incendios Forestales(LCIF) sin olvidar el desarrollo de las otras capacidades.

 Otros  temas  como  encuadramiento,   procedimientos   de   activación,   composición   orgánica, batallones de intervención  y  sus capacidades,   planes   operativos, preparación   para   las   operaciones,  instrucción,  adiestramiento, niveles y evaluaciones, centro de conducción y de operaciones conjunto o de batallón, definición de áreas de responsabilidad, gestión de la emergencia, soportes al mecanismo de respuesta, puestos de mando avanzados, ejercicios CPX , movilización de recursos, mentalización en todos los niveles en que la rapidez debe basarse en la anticipación, los procedimientos para conseguir automatismo en las respuestas, información apoyándose en los MCS, nos tuvieron realmente ocupados.

 Llegamos   al   verano   y   como habíamos  previsto  se  consiguió la capacidad operativa suficiente para intervenir en la LCIF. En este primer semestre tomaron el mando los jefes de los batallones de emergencias.

El  día  27  de  julio  de  2007  se produjo un incendio forestal en el término  municipal  de  Tejada,  en las  Palmas  de  Gran  Canaria  con más de   5.000 afectados. En las labores  participaron  medios  de Ministerio de Medio Ambiente, el 112 de la CCAA, bomberos locales, personal de protección civil y de la Guardia Civil. En la intervención participaron 140 militares de tres batallones diferentes y 14 vehículos,   además   desplegaron dos aviones anfibios del 43 Grupo de las Fuerzas Aéreas. El traslado del personal se hizo con los aviones de transporte del Ejército del Aire. Se intervino como refuerzo de los servicios civiles competentes, realizando cometidos de ataque directo al fuego. Además se realizaron  cortafuegos  y  contrafuegos y posteriormente tareas de vigilancia de las zonas quemadas.

Fue  nunca  mejor  dicho,  nuestro bautismo de fuego,   con el éxito propio de una gran preparación. Las autoridades a nivel nacional o autonómico felicitaron esta actuación y como resultado de esta intervención, las autoridades autonómicas solicitaron la creación de una unidad similar a la de Gando para la Isla de Tenerife, que posteriormente se materializaría en La Laguna.

A  partir  de  esta  primera  intervención en la LCIF se sucederán otras, como la de Useres en Castellón  a  finales del mes de agosto,  donde  intervendrán  más de  450  efectivos  con  numeroso material  de  varios  batallones  de emergencias. Recuerdo de esta intervención, el  asombro del ingeniero director del incendio que no comprendía como  habíamos alcanzado en tan poco tiempo el nivel de competencia demostrado o el aplauso a nuestros militares de los miembros de los brigadistas del Ministerio de Medio Ambiente,  de la Cruz Roja y voluntarios al abandonar la zona de despliegue.

Con la llegada de las lluvias y las nevadas pusimos a prueba las capacidades adecuadas para resolver estas incidencias. Quiero destacar el ejercicio CPX 08 de Emergencias de Interés Nacional de fecha 21 de mayo 2008, es decir de nivel 3, en la que participaron varias comunidades autónomas con sus representantes y medios que se integraron el ejercicio bajo la dirección del General Jefe de la UME.

Dentro de las visitas a la UME, destaco   las   del   Presidente   del Gobierno el 13 de septiembre de 2007 y la de SM El Rey el 25 de junio del año 2008. Por estas fechas   encontramos a la UME con la capacidad final operativa  para la LCIF y con capacidades iniciales en otras áreas. La integración  con la mayoría de las comunidades autónomas era una realidad y en la reunión anual dirigida por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias para evaluar la campaña en la LCIF del año 2007, se expresa la alta valoración de la UME como medio del Estado en apoyo a las comunidades autónomas.

 En julio de 2008 el Teniente General D. José Emilio Roldan Pascual toma el mando de la UME, siguiendo aumentando sus capacidades y medios, adquiriendo como nuestros  compañeros  de  la  Armada dirían  su  velocidad  de  crucero.

Cuatro años después de su magnífico mando le sucederá el Teniente General Don César Muro Benayas manteniendo e impulsando todavía más la eficiencia y capacidades de esta gran unidad. Tras su excelente mando ha sido relevado por el GD. Don Miguel Alcañiz Comas que sin lugar a dudas seguirá manteniendo su indudable eficiencia y disponibilidad.

 La   UME   la   podemos   definir como una unidad más de las Fuerzas  Armadas,  con  características y procedimientos militares y gran especialización  en  sus  misiones específicas,   está   a   disposición permanente  de  las  autoridades civiles en caso de emergencias, es un elemento de cohesión nacional y de solidaridad entre los españoles, aporta un valor añadido a la gestión de emergencias y decisivo cuando le toca la dirección en una emergencia  de  interés  nacional.

Contribuye a una nueva perspectiva de la sociedad hacia sus Fuerzas Armadas, sus señas de identidad son la humildad y el espíritu de servicio, su guía  de  conducta se resume en su lema ”Para servir”.

Como he dicho al principio, esto no hubiese sido posible sin la calidad humana y profesional de todos los integrantes de la unidad, con su dedicación permanente y acompañados de  este espíritu de servicio que canta su himno y su lema, “Para Servir” . En este momento quiero recordar al Brigada Don   Pedro   José   Romero   Martin-Mora, al Cabo 1º Don Alberto Guisado Majano y al Soldado Don Héctor Luelmo Mayo fallecidos en acto de servicio.

 Para mí ha sido un privilegio y un  gran  honor  haber  iniciado  la singladura  de  esta  Gran  Unidad que ya es ejemplar en España y fuera de ella.

Reitero mi felicitación a todos, con mi profundo agradecimiento, afecto y estima y   os deseo larga y fructífera vida al Servicio de España.

El General Coll estuvo al mando de la UME desde su creación hasta julio de 2008

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